Carlos Hilves en diálogo con PANORAMA describió con detalles lo que pasaron sus hijos Ariel y Alexis (fotos) al ser detenidos el pasado domingo en Justiniano Posse.
El resultado final fue que cinco policías fueron separados de su cargo.
En total hubo cuatro chicos en el calabozo, dos de ellos son mis hijos de 18 y 24 años.
La semana pasada se inauguró una confitería en la localidad y mi hijo mayor trabaja en la puerta recibiendo a la gente y mi hijo más chico trabaja con su colegio para la promoción.
Un amigo de mi hijo quiso salir afuera del salón ya que hacía calor pero el policía que se encontraba en el lugar no lo dejaba salir. Finalmente el chico salió unos minutos y luego regresó.
Cuando el chico regresó al salón la policía le arrojó gas pimienta y le colocaron las esposas. Este chico es amigo de mi hijo Alexis de 18 años quien comenzó a ponerle agua en los ojos.
En ese momento se acercó el mismo policía y le pegó en la espalda a mi hijo, por lavarle los ojos a su amigo.
Al sentir el golpe, como instinto, mi hijo arrojó el brazo hacia atrás y sin querer le pegó al policía y lo esposaron y lo trasladaron a la comisaría. Al bajarlo del vehículo por el patio le pegaron una paliza y lo encerraron en el calabozo.
No hubo ningún incidente previo, sino lo que estoy contando.
Mi otro hijo mayor Ariel de 24 años toma conocimiento de esta situación y me avisa y en su lugar de trabajo intentó averiguar el nombre de la mujer policía que había arrojado el gas pimienta. Ante la insistencia, también fue esposado y se lo llevaron detenido.
En momentos en que estaba en la comisaría veo que ingresa mi otro hijo más grande.
Llamamos a un servicio de emergencia para que revisen a mi hijo y a un abogado y nos dijeron que al mediodía lo iban a largar a los dos y nosotros nos retiramos.
A eso de las 10:30 de la mañana de ese día domingo, me informan que uno de mis hijos estaba rengo y que los habían subido al móvil para trasladarlos a Bell Ville, volvimos a la comisaría y nos quedamos afuera, ya que nos dijeron que al mediodía salían.
Cuando liberaron a los chicos me acerqué a un policía y empecé a decirle que me perdonara si en algún momento le dije algo que no correspondía o les falté el respeto y al llegar donde estaban mis hijos, el más grande me dijo que a quien yo le pedía disculpas les colocaba una bolsa de nylon en la cabeza, y desde atrás se la iban apretando y los había golpeado hasta hacerle sangrar la nariz. Lo mismo le hicieron a mí otro hijo.
Se trata de policías de Justiniano Posse y Bell Ville.
Al regresar al calabozo, les arrojaron gas pimienta. Esto fue todo el infierno que pasaron.
A uno de ellos le hicieron lavar el auto de la policía, lo mojaron todo y cada tanto le aplicaban una piña.
Finalmente fueron liberados a las tres de la tarde del día domingo. Los saqué vivos porque son jóvenes.
En lo personal todavía no hicimos denuncia.
El lunes a la mañana fui a hablar con el intendente y le expliqué esta situación.
El día martes a la tarde, hubo una reunión entre el intendente, y el segundo jefe de la departamental Unión garantizando que toda la fuerza fuera separada de su cargo.
El resultado final fue que cinco policías fueron separados de su cargo.
El jefe departamental hizo la denuncia civil y penal.
“Estos casos vienen sucediendo desde hace un tiempo”. Finalizó el señor Carlos Hilves.
INFO: RED PANORAMA
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